Liliana Heer

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Prólogo
Giacomo Joyce
Versión anotada
Cronología de Joyce

Presentación
Reseñas

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©2003
Liliana Heer

 

 

 

10         Según Richard Ellmann:
            “Cuando comenzó Ulises, Joyce tomó oraciones de Giacomo y las convirtió en párrafos enteros o en unidades más largas. Algunas se deslizaron fácilmente de un trabajo a otro: mañana en Trieste se transformó en mañana en París para ser observada por Stephen con más rencor de lo que fue su correlativo en Giacomo. La imagen del atardecer de la madre y la hija, como una yegua y su potranca, está hecha entera y hermosamente equina para el episodio ‘Los bueyes del sol’.”, Giacomo Joyce, p. xxiv.

            “Las voces se desdibujan y se funden en nublado silencio; silencio que es el infinito del espacio: y velozmente, quedamente, el alma es mecida por el aire sobre regiones de ciclos de los ciclos de generaciones que fueron. Una región donde el crepúsculo gris desciende siempre, sin caer nunca, sobre vastos campos de pastoreo color verde de salvia, crepúsculo que vierte su oscuridad, esparciendo perenne rocío de estrellas. Ella sigue a su madre, una yegua que guía a su potranca, con inseguro paso. Sin embargo, ellas son los fantasmas del crepúsculo, moldeadas en profética gracia, esbeltas, caderas en forma de ánfora, flexible y tendinoso cuello, tranquila cabeza recelosa. Se disipan, tristes fantasmas: todo ha sido. Agendath es una tierra yerma, hogar de lechuzas y de la upupa cegada por la arena. La espléndida Netaim no existe más. Y por el camino de las nubes vienen ellos, gruñendo sus truenos de rebelión, los espectros de las bestias. ¡Uhú! ¡Ea! ¡Uhú!”, Ulises, p. 434.

            Joyce también en Finnegans Wake insiste en caracterizar a la hija de Earwicker y de Anna Livia Plurabelle, como a una potranca “briosa y a la vez remilgada”:
            “Evidentemente, Issy es una mujer seductora, una hembra fatal ante cuyos encantos los hombres caen rendidos, aún si son padres o hermanos. Y tiene el agravante de que es una joven adolescente, una fruta apenas madura, una potranca que hasta hacía poco había sido potrilla...” Mario E. Teruggi. El Finnegans Wake por dentro. Editorial Tres Haches, Buenos Aires, 1995, p. 82.

       Crepúsculo, silencio, oscuridad, lugar sagrado y hora sagrada. Descripción de Stephen a Cranly, en Retrato, recordando aquel atardecer en que se puso a orar en medio del bosque.
       “Y ella había pasado entre el crepúsculo. Esa era la causa por la que todo estaba silencioso, todo, salvo el suave siseo que caía de la ventana... Estaba cayendo la oscuridad.”, ps. 241/ 2.

 

11         La hija con el padre: “... Falda corta tensa por los nudos redondos de las rodillas”, como las faldas púdicas de las muchachas miradas por Stephen y Lynch en Retrato, en relación a otro padre, un sacerdote, con quien ella ha pasado caminando:
            “Había hecho bien en dejarla que coqueteara con su cura, que jugara con una iglesia que era la fregona de la cristiandad.”, p. 227.

             Las “botas acordonadas en hábiles cruces con lazos sobre la lengüeta tibia de carne” son admiradas también en Ulises:
            “Bloom.-(Murmura amorosamente.) Ser probador de zapatos en lo de Mansfield era el  sueño de mi juventud; la ebriedad gozosa de abotonar dulcemente, pasar los cordones entrecruzados del elegante calzado tan increíblemente pequeño de cabritilla forrada de raso hasta la rodilla, de las damas de Clyde Road.”, p. 512.
           

12         La primera persona en forma indirecta dice: “¡No, no, no tengas miedo!”, expresión que genera la réplica de Stephen a Cranly en Retrato:
            “ --Me has hecho confesar los miedos que siento. Pero te voy a decir ahora cuáles son las cosas que no me dan miedo. No me da miedo de estar solo, ni de ser pospuesto por otro, ni de abandonar lo que tenga que abandonar, sea lo que sea. No me da miedo el cometer un error, aunque sea un error de importancia, un error de por vida, tan largo tal vez como la misma eternidad.”, p. 257.

       El miedo a la mujer ha sido desplazado hacia una cuestión metafísica: el artista adolescente ha salido del encierro, está dispuesto a abandonar definitivamente Irlanda.

 

13         “Unde derivatur?” (en latín): ¿De dónde deriva?

       En Retrato, la narración hecha por Davin de su aventura amorosa en el barrio de los judíos produce en Stephen éste pensamiento:
       “Aquella figura se le representaba como un símbolo de la raza de ella, que era también la suya de él; como un alma de murciélago en la cual entre silencio, tinieblas y soledad, la conciencia se despertara de su sopor para atraer a un extraño al lecho propio por medio de los ademanes y las palabras de una mujer sin malicia.”, p. 188.

       El 27 de Abril, último día del diario en Retrato, Stephen invoca el entusiasmo ignaciano:
       “Antepasado mío, antiguo artífice, ampárame ahora y siempre con tu ayuda.”, p. 263.
       La invocación a Loyola, como necesidad de fe cristiana, es producida por la figura virtuosa, noble, bella y fuerte de un judío, ¿Leopoldo Popper?, que lo conmueve hasta el punto de inducirlo a la creación de su personaje Leopoldo Bloom.
       En Ulises, Stephen invoca la misma ayuda a Ignacio de Loyola para desarrollar su teoría sobre Shakespeare:
       “Color local. Aplica todo lo que sabes. Hazlos cómplices... Composición de lugar. ¡Ignacio de Loyola, apúrate a ayudarme!”, p. 215.
           

14         Casi todos los poemas escritos por Joyce en Trieste giran en torno a la fascinación amorosa y posiblemente estén vinculados con Amalia Popper.
       1912. “Watching the needleboats at San Sabba” (Mirando los botes en San Sabba). Alude a una carrera náutica en la que participó su hermano Stanislaus.

       WATCHING THE NEEDLEBOATS AT SAN SABBA: I heard their young hearts crying/ Loveward above the glancing oar/ And heard the prairie grasses sighing:/ No more, return no more!// O hearts, O sighing grasses,/ Vainly your loveblown bannerets mourn!/ No more will the wild wind that passes/ Return, no more return.

       MIRANDO LOS BOTES EN SAN SABBA: Oí llorar sus jóvenes corazones/ rumbo al amor por sobre el sesgado remo/ y oí las hierbas de la pradera suspirar:/ ¡No más, no retornes más!// ¡Oh corazones, oh hierbas suspirantes,/ en vano gimen tus gallardetes henchidos de amor!/ No más el viento salvaje que pasa/ retorne, que nunca más retorne.

 

       1913. “A flower given to my daughter”(Una flor dada a mi hija). Ver nota 8.
       1913. “She weeps over Rahoon”(Ella llora sobre Rahoon). Es posible que este poema haya sido inspirado por la impresión que Joyce experimentó al ver su apellido y la inicial de su nombre en el cementerio judío de Rahoon (Galway), aunque es indudable que el tópico amoroso cobra fuerza predominante.

       SHE WEEPS OVER RAHOON: Rain on Rahoon falls softly, softly falling,/ Where my dark lover lies./ Sad is his voice that calls me, sadly calling,/ At grey moonrise.// Love, hear thou/ How soft, how sad his voice is ever calling,/ Ever unanswered, and the dark rain falling,/ Then as now.// Dark too our hearts, O love, shall lie and cold/ As his sad heart has lain/ Under the moongrey nettles, the black mould/ And muttering rain.

       ELLA LLORA SOBRE RAHOON: Suave cae la lluvia sobre Rahoom, suavemente cayendo,/ donde mi oscuro amante yace./ Triste es su voz que me llama, tristemente llamando,/ cuando sale la luna gris.// Tú, amor, escucha/ qué suave, qué triste su voz siempre llamando,/ sin respuesta siempre, y la oscura lluvia cayendo,/ entonces como ahora.// Oscuros también nuestros corazones, oh amor, yacerán y fríos/ como su triste corazón ha yacido/ bajo las ortigas grises de luna, la negra tierra/ y la lluvia murmurante.

       1914. “Tutto é sciolto” (Todo está terminado). Los críticos de Joyce establecieron una relación entre este poema y el fin de su romance con Miss Popper.

       TUTTO E SCIOLTO: A birdless heaven, seadusk, one lone star/ Piercing the west,/ As thou, fond heart, love’s time, so faint, so far,/ Rememberest.// The clear young eyes’ soft look, the candid brow,/ The fragrant hair,/ Falling as through the silence falleth now/ Dusk of the air.// Why then, remembering those shy/ Sweet lures, repine/ When the dear love she yielded with a sigh/ Was all but thine?

TUTTO E SCIOLTO: Cielo sin pájaros, crepúsculo marino, una solitaria estrella/ perforando el oeste,/ como tú, tierno corazón, recordabas/ el tiempo del amor, tan tenue, tan lejano.// Suave mirada de jóvenes ojos claros, rostro cándido,/ el cabello fragante,/ cayendo como a través del silencio cae ahora/ el crepúsculo del aire.// ¿Por qué luego, al recordar aquellos tímidos/ dulces engaños, apenarse/ cuando el caro amor que ella te cedió con un suspiro/ fue todo menos tuyo?

 

1914. “On the beach at Fontana” (En la playa de Fontana), habla del dolor del fin del amor.

       ON THE BEACH AT FONTANA: Wind whines and whines the shingle,/ The crazy pierstakes groan;/ A senile sea numbers each single/ Slimesilvered stone.// From whining wind and colder/ Grey sea I wrap him warm/ And touch his trembling fineboned shoulder/ And boyish arm.// Around us fear, descending/ Darkness of fear above/ And in my heart how deep unending/ Ache of love!

       EN LA PLAYA DE FONTANA: El viento gime y gimen los guijarros,/ los locos pilares del muelle crujen;/ un mar senil enumera cada piedra/ plateada por el limo.// Del viento gimiente y del mar/ más frío y gris lo abrigo/ y toco su fino hombro tembloroso/ y su brazo de muchacho.// Alrededor de nosotros miedo, descendiendo/ alta oscuridad del miedo/ y en mi corazón ¡cuán hondo sin fin/ dolor de amor!

 

       1915. En “Simples” (Simples), “Flood”(Creciente) y “Nigthpiece”(Nocturno), Joyce prosigue su interludio romántico en forma velada.

       SIMPLES: O bella bionda,/sei come l’onda!// Of cool sweet dew and radiance mild/ The moon a web of silence weaves/ In the still garden where a child/ Gathers the simple salad leaves.// A moondew stars her hanging hair/ And moonlight kisses her young brow/ And, gathering, she sings an air:/ Fair as the wave is, fair, art thou!// Be mine, I pray, a waxen ear/ To shield me from her childish croon/ And mine a shielded heart for her/ Who gathers simples of the moon.

       SIMPLES: O bella bionda,/ sei como l’onda!//  De fresco dulce rocío y manso brillo/ la luna teje una trama de silencio/ en el quieto jardín donde una criatura/ recoge las simples hojas de hortaliza.// Un rocío de estrellas su cabello suelto/ y la luz de la luna besa su frente joven/ y ella, recogiendo canta una tonada:/ ¡Hermosa como la ola, hermosa, eres tú!// Que sea mío, ruego, un oído tapado con cera/ para escudarme de su arrullo infantil/ y mío un corazón escudado ante ella/ que recoge simples de la luna.

       FLOOD: Goldbrown upon the sated flood/ The rockvine clusters lift and sway;/ Vast wings above the lambent waters brood/ Of sullen day.// A waste of waters ruthlessly/ Sways and uplifts its weedy mane/ Where brooding day stares down upon the sea/ In full disdain.// Uplift and sway, O golden vine,/ Your clustered fruits to love’s full flood,/ Lambent and vast and ruthless as is thine/ Incertitude!

       CRECIENTE: Racimos de vid rocosa, pardo oro,/ se elevan y agitan en la saciada creciente;/ enormes alas del hosco día sobre las ligeras aguas/ se ciernen.// Un derroche de aguas sin piedad/ agita y eleva su melena de juncos/ donde el día protector mira/ con absoluto desdén el mar.// ¡Eleva y agita, oh viña dorada,/ tus frutos en racimos a la creciente plena del amor,/ ligera y enorme y sin piedad como es tu/ incertidumbre!

 

       NIGHTPIECE: Gaunt in gloom,/ The pale stars their torches,/ Enshrouded, wave./ Ghostfires from heaven’s far verges faint illume,/ Arches on soaring arches./ Night’s sindark nave.// Seraphim,/ The lost hosts awaken/ To service till/ In moonless gloom each lapses muted, dim,/ Raised when she has and shaken/ Her thurible.// And long and loud,/ To night’s nave upsoaring,/ A starknell tolls/ As the black incense surges, cloud on cloud,/ Voidward from the adoring/ Waste of souls.

       NOCTURNO: Desvaídas en la oscuridad,/ las pálidas estrellas sus antorchas,/ amortajadas, ondulan./ Fuegos fantasmales desde los lejanos extremos del cielo iluminan,/ arcos sobre arcos/ remontándose la nave nocturna oscura de pecado.// Serafines,/ que los anfitriones perdidos despierten/ para servir hasta que/ en la oscuridad sin luna cada uno se demore enmudecido, velado,/ levantándose cuando ella sostenga agitado/ su turíbulo.// Y larga y sonora,/ la nave de la noche remontando,/ un badajo repica,/ mientras el negro incienso surge nube sobre nube,/ hacia el adorado baldío de las almas.

 

  1. Construcción de la metáfora por encabalgamiento de palabras. Dos son los núcleos homologados semánticamente, labios y moluscos, pero sólo uno el concepto: un rasgo marcado por la sexualidad.

Los labios femeninos tienen en la obra joyceana un singular tratamiento. Casi siempre sensuales, objetos de placer y deleite provistos de intensiones y poderes; algunas veces en forma directa, como en este caso, aluden a moluscos, otras –Finnegans Wake- son asociados al agua o al río.

 

16         Hacia el final de Retrato, Stephen recorre la ciudad bajo el agobio de la noche:
            “... a través del silencio de la ciudad, tornada ya del ensueño al sueño como amante ahíto, insensible a las caricias, el son de las herraduras por el camino... Y un momento después, al pasar por debajo de las ensombrecidas ventanas, su flecha de alarma que hiende el silencio.”, p. 261/2.

17         Trieste, París, Dublín escenarios superpuestos en Giacomo; se reconoce el equívoco y la proliferación.

            La casa de la señorita Popper, en Trieste, estaba sobre la calle San Michele.

       Jim: antiguamente una variación que se desprende del nombre James. Jamesy: un diminutivo de James. Reflexión de Joyce sobre los diversos juegos que su nombre permitía íntima o familiarmente.

       A propósito del diminutivo, en Retrato:
       “ --No importa, Stevie. Tú mismo dices que tengo la cabeza dura. Puedes llamarme como te dé la gana.
       Desde la primera vez que oyó en labios de su amigo esta variante familiar de su nombre de pila, Stephen gustó de ella, acostumbrado como estaba a que los otros usaran con él en la conversación las mismas formas ceremoniosas que él empleaba para con ellos.”, p. 185.

 
18         “Durante el día, Joyce sentía constantemente, como en sueños, la presencia de la muchacha. Un día fue con un hombre llamado Meissel (“Meissel el granos” le llama) al cementerio judío, para visitar la tumba de la esposa de su amigo, que se había suicidado.”:
            “Ada (Hirsch), la esposa de Filippo Meissel...”, según Richard Ellmann, James Joyce,  Editorial Anagrama, Barcelona, 1991, p. 382.

       Contrapunto con el Capítulo II de Ulises entre cementerio y judaísmo (Leopoldo Bloom) en los funerales de Dignam. “¡Do not die!” se repite en ambos libros.

 

19         “Ella”, pronombre reiterado, musa que atraviesa el último capítulo de Retrato, a manera de leitmotiv para Stephen cuando desarrolla la teoría de la belleza y la raza en el devaneo por una mujer inalcanzable. Tanto en Giacomo como en Retrato, el ella no tiene nombre.

            En Ulises:
       “Ella confía en mí, su mano suave, los largaspestañas ojos. ¿Ahora dónde en nombre del tierno infierno la estoy trayendo detrás del velo? En la ineluctable modalidad de la ineluctable visualidad. Ella, ella, ella. ¿Qué ella? (...) Acaríciame. Ojos suaves. Mano suave, suave, suave. Estoy tan solo aquí. ¡Oh!, acaríciame pronto, ahora. ¿Cuál es la palabra que todos los hombres saben? Estoy quieto aquí, solo. Triste también. Tócame, tócame.”, p. 80.

 

20         Asociación entre lo alado y Dios que Joyce amplía en Retrato, durante varios párrafos, elaborando una teoría que fusiona la divinidad con los pájaros hasta el punto de hablar del temor a Thoth, el Dios de los escritores que escribe con su caña sobre una tablilla y lleva sobre su fino cráneo de ibis los cuernos de la luna nueva.

       “Aber das ist eine Schweinerei!” (giro en alemán): ¡Pero esto es una porquería!

 

21         Joyce compara a la mujer con un ave. Reitera el paralelo al finalizar el Capítulo IV de Retrato. Stephen encuentra en la playa a una muchacha, en medio de la corriente, mirando sola y tranquila mar afuera:
            “Parecía que un arte mágico le diera la apariencia de un ave de mar bella y extraña. Sus piernas desnudas y largas, eran esbeltas como las de la grulla y sin mancha, salvo allí donde el rastro esmeralda de un alga de mar se había quedado prendido como un signo sobre la carne. Los muslos más llenos, y de suaves matices de marfil, estaban desnudos casi hasta la cadera, donde las puntillas blancas de los pantalones fingían un juego de plumaje suave y blanco. La falda, de un azul pizarra, la llevaba despreocupadamente recogida hasta la cintura y por detrás colgaba como la cola de una paloma. Su pecho era como el de un ave, liso y delicado, delicado y liso como el de una paloma de plumaje oscuro. Pero el largo cabello rubio era el de una niña; y de niña, y sellado con el prodigio de la belleza mortal, su rostro.”, p. 176.

 

22    “Trieste despierta” es transferido a Ulises  para describir París:
       “París despertábase desapaciblemente, cruda luz de sol sobre sus calles limón. Pulpa húmeda de panecillos humeantes, el ajenjo verde rana, su incienso matinal matizan el aire. Belluomo se levanta de la cama de la mujer del amante de su mujer, el ama de casa con un pañuelo en la cabeza entra en actividad, un platillo de ácido en las manos. En lo de Rodot, Ivonne y Madeleine rehacen sus volcadas bellezas, destrozando con dientes de oro chaussons de pastelería, sus bocas amarilleadas con el pus del flan bretón. Pasan caras de hombres de París, sus encantadores encantados, rizosos conquistadores.”, p. 74.

       Hedda Gabler: obra y personaje de Ibsen, autor a quien Joyce dedica su primer ensayo. En el comienzo del Capítulo V de Retrato, hace referencia a:
       “...el espíritu de Ibsen le traspasaría como un viento agudo, como un hálito de belleza indomable y juvenil...”, p. 181.

            “He gritado desafiantemente su nombre en una universidad en la que era desconocido o casi. He reclamado para usted el derecho a un lugar en la historia del teatro. He resaltado lo que, a mi entender, es su máxima virtud: la fuerza sublime de su despersonalización ... No me tome por un adorador de héroes. No lo soy.” Carta juvenil de Joyce a Ibsen.

           
23    En Ulises, la compra de frutas de Boylan consiste en “duraznos maduros con cara de vergüenza o vergonzosos”.

       “ --Hice una visita al bardo Kinch en su residencia de verano en lo alto de la calle Mecklengburgh y lo encontré abismado en el estudio de la Summa contra Gentiles acompañado de dos damas gonorreicas, la fresca Nelly y Rosalía, la prostituta del muelle de carbón.”, dice Buck Mulligan, p. 240.

       Santo Tomás de Aquino (1225-74): Autor de Summa contra Gentiles, una de las grandes líneas de influencia que encontramos en la obra de Joyce; si bien las lecturas de Giordano Bruno y de Ibsen ponen en crisis este sistema a nivel teológico, seguirá siendo fiel a su estética. En Retrato:
       “ --Terminaré lo que estaba diciendo acerca de la belleza --dijo Stephen-. Las más satisfactorias relaciones de lo sensible deben por tanto corresponderse con las fases indispensables de la aprehensión estética. Si podemos encontrar éstas, habremos hallado las cualidades de la belleza universal. Aquino dice: Ad pulchrituditnem tria requiruntur integritas, consonantia, claritas. Lo cual yo traduzco así: Tres cosas son precisas en la belleza: integridad, armonía, luminosidad.”, p. 218.

24    Ella cree que los caballeros italianos hicieron bien sacando a rastras de la platea a Ettore Albini, el crítico del diario Il Secolo de Trieste, porque no se puso de pie cuando la banda tocó la Marcha Real. Este incidente ocurrió el 17 de diciembre de 1911, en un concierto a beneficio de la Cruz Roja Italiana y de la familia de los soldados muertos o heridos en Libia, donde en ese momento Italia luchaba contra los turcos.

       Ettore Albini (1869‑1954) fue repetidamente encarcelado y deportado por su indomable oposición a la monarquía, el fascismo y el nacionalismo.

     Una remarcación similar es atribuida a J.J. O’Molloy en Ulises:
            “ --Y después de todo --dice Juan Wyse--, ¿por qué no puede un judío amar a su país como cualquier otra persona?

      

--¿Por qué no? --dice J.J.--. Cuando él está bien seguro de qué país es.”, p. 360.

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