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Liliana Heer

Reseñas de Pretexto Mozart

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Reseña del Espacio de  Biblioteca de la EOL.
Por Esmeralda Miras
Presentación del libro Pretexto Mozart de Liliana Heer
Comisión de Biblioteca - EOL

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La noche del 7 de diciembre a las 21 horas con numerosa concurrencia de analistas, escritores y amigos, se presentó el libro con la coordinación de Luisa Duek y con comentarios de Horacio González, subdirector de la Biblioteca Nacional, Lucía Blanco y Arturo Frydman miembros de la Escuela.

Duek presenta a Liliana Heer como psicoanalista de la EOL y escritora además de  otros libros. Dejarse llevar, Bloyd, La tercera mitad, Giácomo. El texto secreto de Joyce, Frescos de amor, Verano Rojo, Ángeles de vidrio y Repetir la cacería. Dice que la lectura  le resultó grata e interesante y que encontró una obra de estructura no convencional, que quiebra la linealidad, que irrita al lector, que va contra su confort. Se pregunta sobre su concepción del tiempo.

Seguidamente Lucía Blanco se refiere a lo que llama “Elogio al libro” recordando las primeras jornadas de Literatura y Psicoanálisis en la Biblioteca Nacional que compartió entre otros con Liliana, recuerda su dicho: “se empieza a pensar leyendo libros”.
Cita  luego a Harold Bloom quién dice que todo poema es una mala lectura de uno anterior, de lo contrario tendríamos silencio o copia. Hace un desarrollo de la clínica de la lectura que propone Jorge Alemán, de la relación con la experiencia del análisis, de sus obstáculos y sus posibilidades, experiencia  que nos confronta con el sentido gozado, y propone  una declinación clínica de lectura; histérica, su falta en ser busca alojarse en el texto, de la lectura obsesiva que lee para  protegerse de otros libros. La  psicótica  que lee “El libro”. La  apropiada que propone Alemán es la que mantenga distancia entre la actividad significante y el goce libidinal.

Alude a un fallido personal  proyecto por pretexto y descifra esto con alusiones a Mozart, por ejemplo al personaje de Don Giovanni y la función de deseo.

Finalmente una alusión directa a la obra que llama “lo sensible”, dice, visión claro oscuro, rojo color, audición sonido en fuga, olfación extimidad, gustación, tacto, humor: encantador y facético.

Horacio González se refiere al título como fuertemente sugestivo y difícil de encontrar en  la novela. Obra que evita la forma clásica. Su idea de pretexto es sutil y adecuada, dice la verdad mintiendo o en forma parcial e interesada. Sigue apuntando que evade el sentido. Produce efectos con el tiempo. Hace una fuerte apuesta al lector, la novela es tacaña en hacer los conectivos. Se empujan varios elementos a la vez. Abre focos pequeños y se elaboran de manera desafiante, en la novela clásica hay un sentido totalizador aquí tenemos pequeños golpecitos de temas ostensibles como una sospecha, la locura, el viaje, la ciudad, la traición. Los personajes aparecen, se diluyen y se conquistan, la demora es deliberada.

El procedimiento es titiritesco, pinceladas presentes, sistema de montaje. La alusión Mozartiana está pero es una práctica de carácter auditivo, diferentes tonos, alturas. Caleidoscopio fijo sin simetrías. Hachazo a la escritura que se recompone con un método ahorrativo, da y saca y no en el momento que el lector lo pide. Contrasta el tema casi naturalista, realista, un pueblo de la pampa en los años cuarenta, sospechable con la manera de narrar de un estilo poético, lírico, contrario. Las frases en un presente indiferente disimulan lo terrible. Es una novela importante para la literatura argentina, original. El tiempo es del horror y la narración es de leyenda. La lengua culta y evasiva respecto del territorio. Epigramática sobre lo terrible del existir. Explora aquello que no aflora fácilmente. Lo suministra educadamente. La pregunta de la novela es de qué se trata el existir y de cómo la letra se encarna en ese existir con su distancia, su lejanía y casi  su eco.

Finalmente, Arturo Frydman, aludiendo al Homenaje de Lacan a Duras encara su comentario a modo de homenaje y recordando que el escritor lleva la delantera, hace un análisis desde el psicoanálisis de los personajes y de la obra. El psicoanalista, insiste, apoya su crítica en la virtud de los recursos del escritor y así, aspira a decir que la práctica de la letra converge con el discurso del inconsciente. Se plantea el método de seguir al pié de la letra el texto de la escritora y su trabajo de analista será de puntuación, no hermenéutico. Se opone al psicoanálisis aplicado.

Mozart es el pretexto para Don Giovanni una fantasía femenina. Incluye una galería de mujeres, de radical extrañeidad. Irá luego haciendo un repaso de lo que llama la declinación de esa materialidad femenina que la autora realiza con diferentes recursos, Belén, por ejemplo, en una descripción lombrosiana, romántica y realista. Novela de tránsitos, migraciones y desarraigos. Los otros personajes rodean a Belén. Reseño brevemente alguno de ellos.  El amante, metáfora del hombre. La esposa del amante que llama al rechazo de la identificación. La madre, loca, lujuriosa, paridora, posesa, brutal y virtuosa. El padre mediador. La prostituta, exquisito fantasma femenino que desbarata. La giganta, versión novelada del estrago materno.

De los comentarios tomo el de la propia autora, agradeció la posibilidad de estar allí, a Adriana Testa y a Flory Kruger de quién dependió su inclusión en la Escuela.

Duek pregunta que relación establece la autora entre el ajedrez y la novela y qué tiempo utiliza. Insiste en la angustia que le produce la lectura.
Liliana Heer dice que intentó hacer un contrapunto entre tiempos, el bailarín de la tapa el rey de los rojos, pensó en fichas rojas y blancas. Pero a medida que iba narrando se encontró con la dificultad de que el pasado tenía más valor que el presente, allí comenzó a utilizar estilos a los que le dio movimientos de las piezas de ajedrez. Pero luego, la misma narración, la escritura sobrepasa al proyecto del autor.

Pablo Russo, agradece las lecturas, hace hincapié en la sospecha que encuentra en todo el texto, y destaca lo visto y lo oído que se presenta dislocadamente y en las grietas.

Cierra el debate Lucía Blanco diciendo  que la lectura le pareció encantadora y que la incomodidad y la angustia que se encuentra en ella  no es más que la de la vida misma. 



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