Liliana Heer

Artes combinadas

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©2003
Liliana Heer

La riqueza del instante
Por Liliana Heer    

Dicen que el Circo es uno de los inventos más entretenidos que persisten a través de los siglos. Grandes y chicos entran y vuelven a entrar en la magia del acontecimiento, el riesgo de los acróbatas, la gracia de los payasos, el asombro de los domadores y otras curiosidades. Suele ser presentado en el interior de una gran carpa con una pista circular y galerías de asientos para el público.

A cielo abierto tiene esas características y más, incorpora de insignia al cielo, exhibe la efervescencia de la vida que merece ser vivida, su especificidad se multiplica, es inesperado, mágico, conmovedor, inigualable. 
En La Lucila del Mar, entre los altísimos árboles de la plaza se recortan luces de colores, en el piso un círculo rojo, estructuras de hierro, telones e innumerables gradas. Música, animación, entusiasmo, risas, cientos de espectadores. Un anfiteatro bajo las estrellas.

Todas las noches del verano 2010 -incluso con goterones de lluvia dejadas caer como si formasen parte de la pieza- cuatro artistas ofrecen un espectáculo a la gorra, brindan lujo sin precio, pura voluntad de placer estético. Trapecio, tela, cuerda indiana, malabares, baile, recitado y humor, sorprendente humor.
Hay también animales, un elefante, monos, una mona e insectos amaestrados.
Nada le falta para ser un circo, intuimos la carpa, los carromatos, la travesía itinerante.

Wassily Kandisky decía: “Cualquier creación artística es hija de su tiempo y, la mayoría de las veces, madre de nuestros propios sentimientos”, lo que supone cabalgar a través de la pasión de innumerables generaciones afianzadas en el porvenir. Ni la materia ni el espacio ni el tiempo se parecen a lo que fueron después de asistir a una función de A cielo abierto
Se trata de una obra exhibida en varias ciudades europeas, festivales y encuentros; se trata de un espectáculo internacional –mapamundi in progress-estrenado ( fue estrenado el La Lucila del Mar verano 2009) en el Teatro la Rivera y El Rosedal de Palermo a mediados de 2009.  Los artistas: Tristana Muraro, Georgina Movia, Leandro Korman y Néstor Martellini. Vestuarista: Walter Delgado.

A diferencia de otras puestas, el público es cómplice de “la cocina” del espectáculo. Mientras se acercan los espectadores. Leandro Korman con ocurrentes hallazgos verbales logra establecer un código entusiasta.
 “¿Son un público de circo? ¿No serán más bien un público de ballet? Hagan más ruido, festejo in crescendo, es circo, estadio. La principal característica de un público de circo es ser desaforados”.
La llegada de Tarzán montando a Tantor da comienzo al show. Música de marcha. El elefante gruñe, su conductor exhibe poderes contorsionistas. Inevitable meteorismo del animal, caen redondas, rotundas deposiciones.

Los cuadros se suceden sin intervalo. Mediante un tratamiento paródico vemos las estampas móviles de varios países: Argentina, Grecia, Rusia, Japón, Italia, África. A cada país su música, los decires, modos y escenas disparadas del lugar común hacia lo fantástico.


Hay imágenes en el sitio www.circoacieloabierto.com  
No se las pierdan!!!