Liliana Heer
Travesía autobiográfica

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©2003
Liliana Heer

 

 

 

Nací en 1941. Esperanza, Provincia de Santa Fe, República Argentina. Una colonia agrícola fundada a mediados del Siglo XIX por suizos alemanes y franceses convencidos de su “función civilizadora”. Algo de “colonia penitenciaria” tuvo para mí esa singular población. Disciplina y rigor eran los tonos imperantes, matizados por festividades en las que el delirio voluntarista y los brindis engrandecían aún más el valor de ser “inmigrantes puros”. Yo veía a esa gente con el asombro que se experimenta ante un circo de gigantes. Representaban un personaje hasta cuando se mordían la lengua, como si todo hubiera sido público y en el rincón privado las máscaras se hubiesen fundido a la piel. Me resultó difícil crecer entre semejantes modelos. Primaba el estoicismo, no había palabras para lo subjetivo, y como no había palabras, proliferaban los síntomas.

Atraída por lo vulnerable, recuerdo que en la segunda infancia adopté la costumbre de escribir cartas para socorrer a mis amigos en situaciones conflictivas. Era indistinto si se trataba de un varón o de una mujer; como una suerte de Cyrano travestible, ejercía con placer el rol de auxiliar sentimental. Ese carozo de vocación se desplazó al afán detectivesco de entender algunas claves del funcionamiento humano. Tempranamente aprendí que los hechos pueden ser objeto de varias lecturas. Así como Akutagawa confiere a cada uno de los personajes de Rashomon un relato distinto del crimen, comprobé que una misma situación podía ser vivenciada de manera diferente. No obstante, un crimen es un crimen y aun dialectizada la historia, algo de la soledad del cadáver permanece viva en el espectador.

Mi meta era descubrir los móviles que conducen a perder la razón y la travesía para volver a recobrarla; indagar las contradicciones entre lo público y lo privado, entretelones de violencia, autoritarismo, arbitrariedad e intolerancia que albergan algunos sujetos. Laberintos de pathos.

Desde entonces narro el arco iris del malestar, con una economía de lenguaje que instrumenta diversos géneros literarios. Sin duda, la realidad argentina multiplicó mi “colonia” personal. En ese clima escribí los relatos que integran Dejarse Llevar, publicado en 1980.

En 1984 recibí por la novela Bloyd el Premio Boris Vian, y a partir de ese momento formé parte del jurado. Leer a mis contemporáneos, compartir con los jurados encuentros y reflexiones me proporcionó un enriquecimiento invalorable. Quisiera destacar especialmente la importancia de esta distinción: el Premio Boris Vian fue creado durante la dictadura militar como una forma de resistencia y oposición a las designaciones oficiales. Su sesgo: el elogio al artesanado del estilo.

En 1988 salió publicada mi segunda novela: La Tercera Mitad, una teoría de la devastación concebida en cuatro movimientos con los ritmos de “La Misa en Si”, de Bach.

Gracias a mi especial empatía hacia lo subjetivo, he creado una galería de personajes con notoria pregnancia y desprejuicio hacia los dictados convencionales.

El anhelo de hacer un cruce con otras lenguas me condujo a la trama lingüístico filológica de Joyce. Giacomo. El texto secreto de Joyce, ficción crítica, en coautoría con J. C. Martini Real, publicado en 1992 y reeditado en 1997, con una versión anotada más extensa. Esta publicación me permitió recorrer algunas ciudades del exilio joyceano y participar en charlas y congresos: París, Zurich, Trieste y Dublín. Inolvidable la presentación de Giacomo en Nueva York, por María Negroni, Tomás Eloy Martínez y Roberto Echabarren en La Sociedad de las Américas.

Los viajes fueron cambiando mi escritura. La confrontación con la sintaxis inglesa, el manejo de registros humorísticos, el progresivo acercamiento al arte cinematográfico, generaron mayor libertad narrativa. Lo visual ganó terreno, las imágenes empezaron a proliferar al servicio del relato. Frescos de Amor y Ángeles de vidrio lo demuestran.

En el poema Verano Rojo (1997) y la nouvelle Repetir la cacería (2003), sentí necesidad de quebrar espacios indeterminados, situé los hechos en Argentina. 
Pretexto Mozart (2004) narra la atmósfera de mediados de siglo, en un pueblo de la provincia de Santa Fe donde existe un psiquiátrico de puertas abiertas. La dimensión nacional avanza en un ir y venir del universo rural al capitalino, con vértices paulatinamente abiertos a lo político.

Ex crituras profanas, 2007, pertenece a la colección Semillas de Eva dirigida por Gloria Lenardón. Se trata de una intervención de textos éditos e inéditos, bajo la lógica estructural de El Antiguo Testamento.

Neón fue publicado en 2007. Se trata de una novela con pocos personajes: dos hombres y una mujer. “Hacer de tres, no un cuarto sonido, sino un astro”, sostenía el abate Vogler. El escenario es una penitenciaría, la tortura se ejerce en el lenguaje. Escasas palabras, blancos netos, vigilancia, control, sustracción; al mismo tiempo desmesura. Próxima a la poesía, a las performances, a una puesta cinematográfica. “Darse a la lectura de Neón es implicarse con una escritura de filo irónico que bucea en el horror buscando en éste su escondida mueca cómica…”, escribió en la contratapa Leónidas Lamborghini.

“Inventar no es mentir”, dice Nicole, protagonista de El sol después, (2010). Un hombre y una mujer viajan, atraviesan numerosos momentos privilegiando la vocación de elegir. “Signos de amor” tituló Jorge Monteleone las Apostillas que acompañan a esta novela situada en la vieja Yugoslavia. 
 En marzo de 2011, publiqué la novela Hamlet & Hamlet con ilustraciones de Miguel Rep. Se trata de un ajuste de cuentas: del hijo al padre. Elsinor, siglo XXI. Los nueve capítulos evocan las diferentes versiones que Shakespeare inspiró: en la tensión de ese recorrido los personajes vuelven a existir. Mi anhelo fue escribir una novela ágape en la que teatro, cine, artes plásticas, psicoanálisis y filosofía ingresaran sin codeos. Encontré en Hamlet un resorte para torcer el cuello al cisne de los conciertos literarios.

En julio de 2014, publiqué Macedonio Para empezar aplaudiendo. Una obra de teatro con dibujos de Vanina Muraro y veinticinco prólogos de los siguientes autores: Horacio González; Ana Arzoumanian; Martín Alomo; Américo Cristófalo; Silvia Hopenhayn; Gabriel Sada; Noé Jitrik; Amalia Sato; Germán Gárgano; Roberto Retamoso; Arturo Frydman; María Pía López; Laura Klein; Jorge Dubatti; Daniel Attala; Alicia Borinsky; Anahí Mallol; Mónica Bueno; Susana Szwarc; Guillermo Saavedra; Roberto Ferro Nicolás Peyceré; Esther Andradi; Tununa Mercado; Miguel Espejo. ”Esta singular obra de teatro es una fantasmagoría textual que pone en movimiento la obra de Macedonio Fernández. Es sabido que esta obra, prodigio del humor metafísico que puede destilar el acto mismo de la escritura, es particularmente reacia a su trascripción a otros géneros. Liliana Heer logra traducirla a una lengua constantemente alusiva, muy familiar al lector macedoniano, pero también capaz de contener al que no pasó el umbral iniciático de las escrituras del autor de Papeles de Reciénvenido”, escribió Horacio González.

Diario de viaje de Pretty Jane (2016), es un largo poema escrito en coautoría con Guillermo Saavedra. Recuerdo que simultáneamente a la composición estaba leyendo a Yeats. En uno de sus poemas, Crazy Jane Talking with the Bishop, van y vienen certezas. Amotinados en sus reinos, la danza adverbial de la vacilación escasea. Acudimos a un sorbo de otro dublinense, entonces la balada The Bloom is on the Rye con su adorable Pretty Jane ingresó: “pelirroja, impulsiva, aventurera / hábil en domar escorpiones”. Las ocurrencias de Guillermo se conjugaron de forma ejemplar, por instantes nos resultaba imposible diferenciar quién era el autor de algunos versos.

Capone en Septiembre, poema teatral, 2018. Cito un concepto de Eduardo Stupía que figura en la contratapa: “Cada párrafo, cada verso, ya sea como imagen, abstracción o resonancia, puede percibirse con plena nitidez de foco y a la vez con la esmerilada fugacidad del fragmento, como esos mosaicos ópticos donde la captación integral, el maravillado advenimiento de la gran escena, no depende de la conciliación del todo y las partes, sino de su eufórico conflicto.”

amor aleja, poema -en coautoría con Guillermo Saavedra- 2020. El Epílogo, de Eduardo Stupía, concluye con estas palabras: “Desapegados y fanáticos, líricos y científicos, admonitorios y delirantes, Liliana Heer y Guillermo Saavedra se retiran de su jardín de los cantares insinuando un sainete extraterritorial con ecos expresionistas: la partera, el cartero, la actriz, el general, el fraile, la aviadora, el rufián se enfrascan en las peripecias de la lengua, que muestra su backstage de maquinaria haciendo del sentido un puro efecto geométrico: sedimentos figurales de un tarot cuya trascendencia predictiva es apenas la gloriosa resaca de un oráculo secular que nos conduce al maelstrom de su núcleo sin centro, sostenidos en el fascinante intercambio de operaciones sustantivas y verbales que, para el afortunado lector, siguen creciendo en loop como una plusvalía infinita que arranca en el instante mismo de su conclusión.”

Tijeras - metaficción, 2020. En relación a este libro, quiero compartir los efectos de su lectura en este mensaje de Noé Jitrik: Querida Liliana, ya llegué hasta el corte final valido de las "tijeras". ¡Qué decirte! es un texto increíble, esa continuidad sin respiro, una suerte de insomnio de la imaginación, regido por una sentencia que resume toda la sabiduría de la vanguardia: la sintaxis es una fantasía, la gramática una ilusión. Pero no el saber, que aflora como gotas en un campo sediento. Disonancias, tropiezos, ingresos, me pregunto de dónde salió ese collar de ocurrencias a cada cual más certeras por lo dislocadas y saltarinas. Para no redundar habría que detenerse en cada página y sorprenderse al mismo tiempo que pensar. Y para no hacerlo, redundar, terminar con esta riqueza y mandarte los abrazos que no tengo inconveniente en proporcionarte. Literatura, poesía. Tuyo, N.

Hamlet Prestame la bufanda. Poema teatral, 2023. La idea de un escenario circular, ¿pirandeliano? fue eco de la escultura Cloud Gate o Puerta de Nube, en el Milinium Park, cuando estuve en Chicago. Muy impactada me respondí a la pregunta: qué obra literaria produjo en mí una conmoción equivalente. Sin duda, Hamlet. Abrasada y abrazada por Anish Kapoor, Shakespeare y Eugenio Barba, comencé a experimentar un torbellino de imágenes, tal vez visiones. Un significante con el que simpatizo, debido al coqueteo con el concepto vicio. Escribir es un vicio. Cuando se torna imparable, da sensación de algo casi mediúmnico: estar siendo escrita. Sí, fui un charco de reflejos. Los personajes de HPLF aparecían: fugaces, contundentes, irrefrenables. Los parlamentos del Viejo Topo, subido a la butaca gritando me hicieron pensar en William antes de una función en El Globo; entre bambalinas lo veía sonreír feliz por su gran protagonismo. La clásica tragedia de venganza sufrió una metamorfosis: no podía no ser una comedia de reconciliación. Play. Hamlet se ha cansado de obedecer, dudar, discurrir, es Producer y baterista de Rats. Hamlet con su bufanda disemina ironía. Miguel Rep, admirador del príncipe desde su temprana infancia, está presente con sus dibujos en el momento preciso: la portada y el reencuentro con Ofelia. Como en algunas metamorfosis, el devenir privilegia el instante: hoy, siempre hoy, como podemos leer en el prólogo de Jorge Dubatti. Hoy, siempre hoy, una venganza de la voluntad contra el tiempo hurtando vida. Como gustéis.


Traducciones

Verano Rojo, traducido al italiano, por Dora Pentimalli: al serbio por Branco Andjic; al francés por Elise Guidoni; al inglés por Moira Fradinger.  
Repetir la cacería, traducido al portugués por Celina Portocarrero y publicada en Editorial Ibis Libris.

Un fragmento de Pretexto Mozart, fue traducido al serbio por Branco Andic y publicado en la Antología Otkacene Price Latinske Amerike.

Neón, traducido al alemán por Karl Kaiser; al portugués por José Luiz Correa y publicado en Editorial Ibis Ibris.

Hamlet & Hamlet, traducido al portugués por Olga Savary-publicado en la Editorial Ibis Libris; Josep Boisvert tradujo al inglés el capítulo ”El circuito”.
El sol después, traducido al serbio por Branko Ándjic- publicado por Editorial Ágora, Serbia.
Al portugués por Jean Candido Brasileiro y Thereza Christina Roque da Motta- publicado en Editorial Ibis Libris.
Un fragmento de El sol después fue traducido por Laura Haber al alemán y publicado en la revista Alba Lateinamerika lesen (Berlín, 2018).

Capone en Septiembre, traducido al portugués por Amalia Sato y Thereza Christina Roque da Motta–publicada en Editorial Ibis Libris.

En el camino

Antes de cerrar esta breve crónica, quiero referirme a mi actividad en la Sociedad de Escritoras y Escritores de la Argentina (SEA), en la que desempeñé el cargo de Secretaria General durante el período 2001-2003. Mi función estuvo cifrada básicamente en coordinar la comisión de Derechos Humanos dedicada a la búsqueda, recopilación y selección del material publicado en Palabra Viva. Textos de escritoras y escritores desaparecidos y víctimas del terrorismo de Estado 1974/ 1983.                      Durante los años 2001 y 2002, fui responsable de la organización y coordinación del ciclo “A río revuelto, instantáneas de la realidad”.
Dirigí con Arturo Frydman las Jornadas de Literatura y Psicoanálisis- Autopistas de la palabra - en la Biblioteca Nacional Mariano Moreno.
2002, Primeras Jornadas: "Crisis e identidad. Sobre determinación, ley, alianzas".

2005, Segundas Jornadas: "El legado/lo nuevo: cruces-duelos–desafíos”.

2007, Terceras Jornadas: "Las parejas, el eros y el poder. Desvíos, encuentros y pasiones".

2010, Cuartas Jornadas: "Lo siempre nuevo. Imposibilidades, conflictos, creaciones".

2012, Quintas Jornadas: “Las series del acontecimiento Malvinas- Agujeros en el tiempo”.

2014, Sextas Jornadas: “La frontera. El antes y el después. Mitos, quiebres, el folletín de los argentinos”.
Desde 2014 participé como docente en la Carrera de Escritura Creativa –Universidad de Tres de Febrero- y a partir de 2018 desempeño el cargo de Directora de Tesis.