Liliana Heer

Reseñas sobre El sol después

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Carta del escritor y periodista Fernando Murat
Abril de 2010

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Hola Liliana, leí con atención tu libro, me detuve en algunas zonas, anduve por otras, en especial siempre cautivado por las palabras, esa forma que tienen tus textos de darle a las palabras la densidad del lenguaje poético. Quizás esté allí uno de sus puntos luminosos: las palabras recuperan esa capacidad de impacto, esa forma de descubrimiento que le da la poesía en su sentido más clásico. Coincido con Monteleone en que Nicole es un arquetipo de tus textos y también en que esta novela debe ser "escandida", me pareció una buena forma de nombrar el efecto que tiene la narración. De todos modos, creo que como lector queda inmantado por la novela y la lectura entonces, sin dejar de ser eficaz, permanece en el reflejo fascinado de lo que lee. Quiero decir con esto que hay textos que producen ese efecto en los lectores. Los capturan, les ofrecen una luminosidad que puede cegar. No es este el caso, pero algo de ese efecto percibí. Tu novela me gustó mucho, porque puedo disfrutar de una estrategia que consolida y renueva al mismo tiempo el espacio de la narración. Pero veo también la insistencia de una poética: el corte, la estrategia cinematográfica, el teatro, la voluntad de vanguardia. Hay mucho para decir y esto es sólo un mensaje breve. Mucho en especial sobre los efectos de inestabilidad que producen tus textos, la forma de intervención que logran con eso. Me quedo con el principio, donde está todo (la construcción, el puente, la inestabilidad, la percepción y la experiencia) y con la figura de las cabras. Me quedo con el libro, un nuevo regalo tuyo.

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