Contratapa
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Entrevisra a Liliana Heer “Macedonio es una usina convocante de lectores”
T : ¿Qué clase de artefacto es Macedonio. Para empezar aplaudiendo? ¿Se trata de un artefacto mimético, tiene la característica de actuar por resonancia, hay peajes al lector que van desde el entretenimiento a la disolución? H : Macedonio... es una usina convocante de lectores, actores, músicos, artistas y amantes de la lengua sin pelos ni alambres de púas. Algunas de las hipótesis que enunciás ganaron la partida. Los prologuistas han encontrado ecos, tonos, clima, frases, conceptos que hacen a la conversación sin fin en la doble vertiente de sentido y final. H : La elección fue in crescendo, Martín Alomo en primer plano, poseedor de un singular oído musical, se entusiasmó con la obra. El entusiasmo, ajustes y sugerencias despertaron en mí el rumor de El museo de la novela de la Eterna y sus inolvidables prólogos. Luego, vertiginosamente fui invitando, recibiendo comentarios y pedidos de formar parte en esta aventura; también incorporé a varios autores con quienes había compartido las Jornadas Macedonio Fernández en 2012. Fueron realizadas por El Instituto de Literatura Hispanoamericana de la Facultad de Filosofía y Letras organizadas por Roberto Ferro en la Biblioteca Nacional y en el MALBA. En esa oportunidad se exhibióSin apremio por concluir - Primer acto apresurado por detener al segundo, un fragmento de lo que hoy es Macedonio... Dirigí la función actuada por Marcelo Savignone (representando a todos los personajes) con Cecilia Campos en guitarra, retroproyecciones de Edith D`Ímperio y Macarena Cordiviola, ambientación de Lina Boselli, asistencia actoral de Eva Rodríguez, luces de Luciano Cohen y Aníbal Villa Segura como asistente de dirección. H : Seguramente tu pregunta sorprendida no implica desconocimiento sino atención especial. Voy a remarcarla citando momentos de los prólogos de los autores que mencionás: H : Psicoanálisis y literatura son dos prácticas de la letra destinadas a operar con la pulsión, un núcleo duro ajeno al concepto de progreso. Desde mi primer libro de relatos, hasta el poema largo que estoy escribiendo y se llama Capone en Septiembre, he bordeado ciertos temas: muerte, locura, política, incesto, desencuentro, variaciones del mal. Siempre he injertado procedimientos, expresiones, técnicas y artificios del cine, el teatro, la música, la pintura. Para un psicoanalista, es simple adjudicar las anécdotas más íntimas a la ficción. Lo vivido domesticado, el bien decir; desembocar en el streep-tease autobiográfico puede resultar patético. Hurtar tajadas requiere estilo: Candelas, candles, escribe Joyce en el único texto que no dio a conocer en vida: Giacomo. Es importante practicar la destilería de la renuncia, adiós, adiós al protagonismo, rociar con salmuera el manojo móvil de malestar. El humor suele ser la mejor vacuna. Y ahora me gustaría volver tu pregunta desde la praxis. A partir del año 2002, dirijo con el psicoanalista Arturo Frydman las Jornadas de Literatura y Psicoanálisis Autopistas de la palabra en la Biblioteca Nacional. El 19 y 20 de Septiembre próximo vamos a realizar las IV Jornadas bajo la consigna: La Frontera, el antes y el después: mitos, quiebres, el folletín de los argentinos. En el sitio www. autopistasdelapalabra.com se pueden consultar los más de 150 trabajos producidos pensando en la lógica literatura-psicoanálisis. H : Si bien la fuga es el motor de mi escritura, soy centrípeta; el exterior no me genera curiosidad. Algunos lectores en vez de sentir su propia oscuridad acusan al texto de hermetismo, decía Mallarmé. H : Hablar en general no me atrae, no lo sé, depende de los colores de la obra. Los veinticinco autores que prologan este libro encontraron una presentificación de Macedonio en otro registro.
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