Liliana Heer

Poetas

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©2003
Liliana Heer

Cita a ciegas
Por Liliana Heer y Ana Arzoumanian



El mapa de la poesía argentina de las últimas décadas aparece en esta versión cambiado, a los treinta poetas de “La letra que se re-cita” sumamos otros autores. Un dispositivo más allá de las marcas nacionales nos permite traducir poetas argentinos a una lengua ubicada en los márgenes disolutorios de las fronteras del lenguaje. Lengua franca que atraviesa planos de consistencia en los que no hay pasado ni porvenir.

 La noción de local se ha transformado en velocidad, un concepto que implica tanto la ruptura de un entramado narrativo como la construcción de variables de intensidad diversa en el límite de un estilo. A contrapelo de la cronología, el tiempo de las pulsaciones poéticas -más allá de lo regular y lo periódico- impone un gradiente de aceleración que involucra desplazamientos rítmicos, redefine los conceptos de belleza e introduce nuevas polifonías.

Hacer saltar el autoritarismo de las posturas certificadas distorsiona la categoría de propiedad. Lo legítimo se torna cuestionable, cada expansión fragmentaria se apodera del guión.

El lugar de la poesía como práctica de la lengua existe en el gesto utópico del poeta cuyo espacio semántico, sintáctico, léxico es un no lugar colmado de afectos en constante circulación.

“cuando digo delirio digo Rimbaud
cuando digo lucidez digo Rimbaud

Gloria y dolor habitan estos laberintos subterráneos
Una sola salida arde a lo lejos
A veces mis ojos se apagan
y a veces la luz me traiciona”
Mario Trejo, “La lucha personal”
 

Perdidos desde el principio, sin distinción de entrada o salida, sin retorno a ningún origen, más acá de cualquier ingenuidad, el silencio y el nombre son flàneurs.  

“Si me quedo el tiempo suficiente
veré al pescador regresar con su lámpara,
si me quedo el tiempo suficiente
y no desaparezco en una pieza de hotel
como un cangrejo asustado.”
Paulina Vinderman, “Simbad en la taza”  
 

La operación poética no consiste en reducir la cosa, lo que sucede como acontecimiento es ajeno a la representación, excede, se precipita, aparece al ser nombrado.  

“orquídeas gardenias                                     
correrán  descalzos                                       
reirán                                                                
de su destierro                                               
en el cuadro final                                                                                             
de un paraíso comprador”                            
Jorge Paolantonio, “Paraíso levemente perdido”

Cuando el poeta escribe la extensión, el riesgo de tocar -núcleo de incesante sobresalto- prefija lo indiscernible del sentido. Ese adentro de lo que no se puede decir es extraído: crudo, no cuerpo todavía, preámbulo de cualquier inmunidad.  

“Mi corazón
es una masa informe
sanguinolenta
                 obvia
y para colmo roja
un músculo hosco
                             y nauseabundo
sin vocación de pájaro”
Reynaldo Sietecase, “En fin”

 

Es de Aquiles esa lanza que cura las heridas. Son las cartas que traen el sello del Soberano con mandatos de encierro o exilio. Amenaza, escándalo, líneas de destrucción, desorden 

“La barba remojada entre las piernas de tu barbarie
tímida
más audaz o tanto
como las propiedades químicas de tus líquidos
y el frío metal de nuestras espadas”.
Alejandro Pidello, “La Cour des Voraces

 

Hacer de la desmesura un estado, un diseño: hybris in progress. Sortear la cartografía política que divide paisajes, latitudes, planicies.
Constituir un fuera de combate entre lo singular y lo plural. 

“atravesar
por meses y años y estaciones
desiertos
de piedra hielo o arena
con paso firme
como impertérrito
a los cambios
de la luz de la temperatura
a la inclemencia
del paisaje
para adquirir
la consistencia casi pétrea
de los insectos
o los paquidermos
su elegancia
recóndita y misteriosa…”
Anahí Mallol, -9- 
 


Un zumbido, el ronroneo, el fondo de la boca sin lengua. Aire entrando y saliendo por la cavidad sonora. Caverna, tambor con su tapa de piel animal tensa al extremo. Se trata de la música, rumor de ausencia. 

“me da
una blanca
flor
que no huele

la dejo
en la sombra
del agua
del jarro”
Susana Szwarc, “Vano”


 
Desmembrado el lugar y los sentidos, irrumpe la violencia cauterizada por el fuego. Lo Uno abierto, indefinido. La soledad no es un tema, es la imagen misma y su expresión. 

“…¿saldrá por ese hueco iluminado la
sustancia de tantos cuerpos en suspenso?
detrozado el cuerpo ¿se destroza también esa
sustancia o quedan jirones dando vuelta como
    amantes  que se buscan después de una catástrofe?...”
”Lila Zemborain, “11 de marzo 2002 (de noche)” 
 

Pasan a nuestro lado los restos, las ruinas, los despojos de una civilización eclipsada, una naturaleza haciendo muecas en un trazo manso y no definitivo. Si el vehículo moral se transforma en artístico, entonces el paisaje es gesto de sí mismo. 

“Rompo, por lo tanto, las anotaciones,
desactivo el estallido,
y dejo a cada cosa en su lugar
mientras sigo de viaje
con la tranquilidad de haber dejado intacto al mundo,
como si nunca nadie hubiera andado por él”.
Santiago Sylvester, “Libro de viaje” 

Oda a la superficie finita, no ilimitada. Escribir sin voz interpuesta, sin notas al pie. Hay un único mensaje y ni la tierra ni la miseria son capaces de arroparlo, el ambiente y el contexto en permanente errancia.  

“Sueña con objetos sagrados, con aparatos sexuales, con piedras humedecidas por la perfidia, con el comienzo de toda deformación”.
Mario Sampaolesi, “2”

 

Preciso, pero hasta cierto punto incontrolable, una manera furtiva de descubrir todos los vaivenes de la escena, incluido el deterioro. El drama se desencadena como detención. Las voces observan el pasado desprovisto de épica.  

“la historia de quien
desde su ruinoso confín
entregado al placentero vicio de la palabra
                                                       espera finalmente
deseoso
despojado
deshecho
y con tantas cosas por decir”
Basilia Papastamatiu, “2”

Los poemas de esta antología sinfín conforman un umbral donde acecha cierta esperanza de transmisión cívica: dar a conocer algo del lenguaje de los argentinos. Nos gustaría simplemente destacar la armonía de lo no conciliado, esto equivale a decir: es la obra la que hace una lengua. En la resonancia de las palabras, sujetos y formas se desvanecen para convertirse en actores inmediatos.
 

CITA A CIEGAS – POEMAS SELECCIONADOS

Autores que participan

Mario Trejo

Tamara Kamenszain

Santiago Sylvester

Alicia Genovese

Paulina Vinderma

Jorge Paolantonio

Reynaldo Sietecase

Alejandro Pidello

Anahí Mallol

Susana Szwarc

Lila Zemborain

Mario Sampaolesi

Basilia Papastamatíu

Alejandra Correa

Nicolás Peyceré

Sandra Cornejo

Leonardo Martínez

María Victoria Suárez

Hebe Solves

Bea Lunazzi

Romina Freschi

Versión con poemas seleccionados

 

 

 


Relacionados
Antología de poesía argentina (I)

Este texto junto a la selección de poemas en versión bilingüe de los autores mencionados fueron publicados en Free Verse Website 2009 a modo de extensión de la Primera Antología, publicada en la revista Poetry Ireland Review, número 73, verano de 2002, editada por Michael Smith.

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© Liliana Heer y Ana Arzoumanian