Liliana Heer

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©2003
Liliana Heer

 

 

 


Prólogos

REIVINDICAR PARA EL TEATRO TODAS LAS LIMINALIDADES (1)
Por Jorge Dubatti

Para empezar aplaudiendo, la primera escritura plenamente teatral de Liliana Heer, es un gran acontecimiento en la dramaturgia argentina y en el seno mismo de su obra. Primero, porque aporta una nueva textura, otra voz, otra concepción, única, a la literatura dramática nacional, ya adelantada formalmente en Hamlet & Hamlet –que todavía Heer seguía considerando novela y nosotros destacamos como conjunto
evidente de monólogos teatrales.(2) De la mano de Shakespeare y de la
inabarcable tradición-Hamlet, una primera aceptación de teatralidad.
Segundo, porque verticaliza teatralmente –pone de pie en cuerpo y voz–
todo lo escrito por Heer. Si, como escribió Florence Dupont, la literatura
nació como teatro en el acontecimiento corporal de la oralidad (La
invención de la literatura), Para empezar aplaudiendo manifiesta la materia teatral que hay en todas las páginas de Heer. Puesta en evidencia de teatralidad, puesta en teatro de la literatura: una pieza que desde el presente organiza el corpus heeriano de otra manera. ¿No estuvo siempre
allí la dramaturga? La teatralidad es un atributo inseparable de la condición de lo humano: así como hay homo faber, sapiens, ludens, hay homo theatralis. Ese atributo es la capacidad de organizar la mirada del otro. La teatralidad es una política de lamirada, una óptica política. ¿No hay una teatralidad en la literatura?
Tercero, porque hace ingresar a Macedonio Fernández al teatro nacional.
Descubriendo la teatralidad en Macedonio. Macedonio-actor, o como quería Antonio Pagés Larraya, Macedonio payador.(3) Heer reivindica
para el teatro todas las formas macedonianas de la liminalidad con el teatro (“umbralidad”, dice Ana Camblong (4), ampliando así los límites de la dramaturgia: la conversación, el canto, la tertulia, la polifonía y el diálogo, la política de la mirada del museo-instalación y el“teatro de la memoria”. Heer ratifica una conquista de la dramática y la teórica teatral argentina en los últimos años: una ampliación del teatro hacia fronteras de aventura. Paradoja histórica: el nuevo reconocimiento de fenómenos antiquísimos. La posibilidad de que el teatro no se haga solo con teatro, sino con filosofía, con matemáticas, con plástica, con cine, con vida...
Porque además, el teatro es un cuerpo vivo. Heer vio la teatralidad de
Macedonio en el cuerpo del gran actor Marcelo Savignone. ¿No es acaso el teatro, que construye poíesis desde el cuerpo viviente –fundado en lo real, en lo que Maeterlinck llamaba “lo trágico cotidiano” (El tesoro de los humildes)–, el espacio resonador por excelencia para el asombro metafísico y la multiplicación de la “poemática del pensamiento especulativo”? Con Para empezar aplaudiendo, Heer relee teatralmente su propia producción y funda otra lectura de la obra de Macedonio. Operación poética y crítica. Si el teatro es, como escribe Eli Rozik, “un medio imaginístico específico (es decir, un método de representación o, más bien, un instrumento de pensamiento y comunicación), y como tal, sus raíces yacen en la espontánea facultad del cerebro humano de crear imágenes y utilizarlas en procesos de pensamiento” (5), Heer invita a releer la obra de Macedonio desde la imaginística teatral. Macedonio dramaturgo.

(1) Fragmento de un texto mayor. (volver)
(2) Les dio cuerpo Cristina Banegas, inolvidablemente, en Biblioteca Nacional.(volver)
(3) Pagés Larraya, Antonio; “Macedonio Fernández, un payador”, en su Sala Groussac, CEAL, Buenos Aires, 1982, pp. 119-136.(volver)
(4) Camblong, Ana; Macedonio. Retórica y política de los discursos paradójicos, EUDEBA, Buenos Aires, 2003.(volver)
(5) Rozik, Eli; Las raíces del teatro. Repensando el ritual y otras teorías sobre el origen, Colihue Teatro, Buenos Aires, 2014, p. 13.(volver)